Con un
tema principal realmente interesante este drama biográfico nos adentra en uno
de los momentos más importantes de la vida de Sigmund Freud; el nacimiento del
psicoanálisis y de que manera le afectó el proceso a nivel personal y
profesional. Destacar la gran labor tanto de John Huston, con una concienzuda dirección, como de un Montgomery Clift que borda su interpretación del psicólogo vienés alcanzando
unos niveles de sobriedad y veracidad muy difíciles de conseguir en pantalla.
Una de las películas más destacadas de mil novecientos sesenta y dos en un año
donde el nivel estuvo realmente alto.
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