Al año siguiente de la precuela, el director Robert Schwentke, nos
sorprende con la continuación de la saga Divergente. La película se
asienta sobre las bases de su predecesora pero, acertadamente, tiene un
aire muy diferente apostando
más por el cine de acción que por el de temática adolescente. En esta segunda parte vemos una obra más madura y completa que la anterior, sus
protagonistas comienzan a interiorizar sentimientos más humanos y se nos
muestra una visión muy completa de esa sociedad.
Sorprende la participación de actrices como Octavia Spencer y Naomi
Watts. Entendemos que, después de ese final que nos deja con ganas de
más, el director repita para la próxima entrega.
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